Praga, la «Ciudad de las Cien Agujas», es un tesoro escondido de maravillas arquitectónicas, cada una de las cuales narra historias de diferentes épocas. La capital de la República Checa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, combina a la perfección su encanto histórico y su vitalidad moderna, lo que la convierte en un destino de visita obligada para los viajeros de todo el mundo.
Posiblemente el monumento más emblemático de Praga, el Puente de Carlos data del siglo XIV. Encargado por Carlos IV, conecta las dos partes históricas de la ciudad: la Ciudad Pequeña y la Ciudad Vieja. Un paseo por su camino adoquinado, bordeado de estatuas de santos, ofrece impresionantes vistas del río Moldava y del Castillo de Praga. Al amanecer o al anochecer, con las agujas recortadas contra el cielo, el puente se convierte en un lugar mágico, que exuda un aura medieval de ensueño.
No es solo una simple plaza, la Plaza Wenceslao es una animada avenida llena de tiendas, restaurantes y bares. Más que un simple centro comercial, es un testimonio de la historia checa. La plaza ha sido testigo de numerosos acontecimientos importantes, desde la Primavera de Praga de 1968 hasta la Revolución de Terciopelo de 1989. Dominada por el gran Museo Nacional en un extremo y la estatua ecuestre de San Wenceslao, es una combinación perfecta de historia y modernidad.
Un encuentro de varios estilos arquitectónicos, desde el gótico hasta el barroco, la Plaza de la Ciudad Vieja es el corazón de Praga. Con su reloj astronómico, mercados vibrantes y el sonido de los carruajes tirados por caballos, la plaza te hace retroceder en el tiempo. Cada hora se desarrolla un pequeño espectáculo mientras las figuras del reloj bailan, atrayendo multitudes con las cámaras preparadas.
Junto a la Plaza de la Ciudad Vieja se encuentra el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, una amalgama de edificios medievales adquiridos a lo largo de siglos. Su torre gótica ofrece vistas panorámicas de la ciudad. Pero lo más destacado es el Reloj Astronómico. Instalado en 1410, es el tercer reloj astronómico más antiguo del mundo y el más antiguo aún en funcionamiento.
Con vistas a la Plaza de la Ciudad Vieja, el Templo de Tyn, o Iglesia de Nuestra Señora frente a Týn, con sus imponentes agujas góticas, es una vista cautivadora. Los interiores son igualmente encantadores con un rico altar barroco que contrasta con la arquitectura gótica. Cuenta la leyenda que el Templo de Tyn fue la inspiración detrás del castillo de La Cenicienta de Disney.
Praga es una ciudad donde cada rincón susurra historias del pasado y sus monumentos son un testimonio de su rica historia. Ya sea un ávido historiador, un entusiasta de la arquitectura o simplemente un viajero curioso, los lugares de interés de Praga prometen un viaje inolvidable.